martes, 25 de julio de 2023

MÁS POEMAS DE LILIANA MAINARDI


 


La poesía

ese insomnio

de no saber

qué se está por decir.





PODA DE INVIERNO



Cortar lo que lastima

quitar lo viejo de las ramas

sacar las palabras que no dicen

juntar los pétalos

de las rosas blancas

preparar un té

y lavar los ojos.


Iluminar lo que está por venir

como en las rosas

como en las parras

podar el poema.




III


¿Quién descifra el misterio

de estas flores amanecidas

que saltaron como peces

en la noche sin perfume?






EN NOCHES BLANCAS


I



Caen sus pétalos

blanquísimos juegan a ser

peces bajo la luna


sobre el rocío transforman

el dolor del ciruelo y saltan


quién los guía

hasta las aguas que suben.




Liliana Mainardi (San Luis, Argentina, 1972).

Fuente: "Flores amanecidas", Premio Publicación en el Concurso Anual de Poesía Inédita 2022 "Olga Orozco", Editorial Vinciguerra hechos de cultura; Fundación Argentina para la Poesía, 2023.




POEMA DE MARÍA MAGDALENA PASCUAL










Gesto de silencio


la flor de loto abre su corona
negándose a la sombra

sobre la frente del eremita
un círculo de sangre
como lago sereno
brota desde la hondura
se adueña de respuestas

los años no han sembrado
              en vano
en el rostro indio
los surcos y su cifra





María Magdalena Pascual (Buenos Aires, Argentina).
Fuente: "Pasajera de la niebla", María Magdalena Pascual, Ediciones El Mono Armado, 2021.



POEMAS DE MARÍA MARTA DONNET

 



En el hueco de las uñas



Dónde duele más.          En la planta de los pies
o en la bilis          que purga viejos pecados.
          Será en esas pisadas fuertes
         que aplastan lajas en su camino
o duele en los primeros pasos          torpes          breves.
Duele la tierra madre          única          imparable
en su entraña vegetal de pastizales áridos.
El pecho          roto ahora          regó tu vientre.
Pero no alcanzó          para sanar el resentimiento.
         Y ahora hombre.
¿Dónde duele más un hijo?
En la sábana recién lavada          tendida al sol
o en la tarde de campo trigo inocuo          de la infancia.
Por qué pude verte siendo          y no puedo verte ser.
Por la vedad que descubriste tarde.          ¿Tarde a tiempo?
         ¿Cuándo se evaporó tu lágrima?
El mismo día en que 
                                           cayeron
         mis ajadas          tristes          pieles.          Secas
              también de darte               siempre dando.
Dónde duele más.         Quién duele más.
        El hijo          la madre          la tierra
    madre      tierra     hijo            vegetal hiriente.
                    ¿Quién dolor arrastra?
Arrastrarás las hilachas
                                     las que usé el día de la calesita.
Era tu risa cierta o ese dejo de malicia en el aire
vaticina las costuras rotas         de mi vestido de fiesta.
Lo rompiste         a propósito         o fue el dolor.
            Dónde duele más.              En la ropa
           o son los pies                    que ajan en el camino
        o es la bilis                         que amarillea un secreto.
No puedo respirar. No te dejo respirar. Ya lo sé.




(de "Quien dolor arrastra")





V




Rueda un lápiz en mi pecho          dibuja
una sombra de cigüeña          una fruta amarga
una muerte escondida.
Ojos se aclaran          con un gesto célibe
que sonríe          debajo del hábito
donde ella oculta          votos          aturdimiento
y su propio martirio.
Hago un acto de contrición          con gestos de geisha
que se resiste al mandato.

Rueda un lápiz en mi pecho         borra
la osadía          borra          mi talento para amar
lo inesperado          para correr detrás de Dios.
Resigno un puñado         de hambre
y me proclamo          pero nadie escucha.
La misericordia ignora          mi arrogancia
y mi culpa. Mi grandísima culpa.


(de "El día en que amé a una mujer")




María Marta Donnet (Carcarañá, Santa Fe, Argentina)

Fuente: "Quien dolor arrastra", María Marta Donnet, Editorial El Mono Armado, 2022.

             "El día en que amé a una mujer", María Marta Donnet, Editorial Imaginante, 2022.





 

jueves, 20 de julio de 2023

POEMAS DE NÉSTOR CHEB TERRAB


 


develar la inmediatez

atrasar la hora

hacerme extranjero

soltar la flecha lejos

y que vuelva con el niño






el vuelo de esa garza azul

habita mis sueños

viaja rumbo a mi padre






a pesar de la lluvia todo se vuelve diáfano

la rama elige al hombre




Néstor Cheb Terrab (Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina, 1960).

Fuente: "El azar del viento", Néstor Cheb Terrab, Editorial Vinciguerra, 2022.



MÁS POEMAS DE LUCIANA JAZMÍN CORONADO




CENA EN LAS HERAS


una flor enorme

nace debajo de la mesa


sus pétalos absorben

la voz tenebrosa

de la esposa de mi padre

mientras comemos


está cerca

la escondo

entre mis piernas


es un lirio salvaje

estoy en silencio

pierdo el color de la sangre

padre no mira


padre, corramos al viento

a ver la hamacas despintadas

que fueron nuestras

no


la cena está servida

estoy seca, la flor expande su caudal

una lámpara viva

espanta a toda la familia


ella de deja de comer 

yo he perdido

mis partes internas


antes que morir decido:

conecto mi ombligo al tallo

contemplo mi familia de yeso





EL JARDÍN


llegué al jardín

y estaba impregnado

de materia oscura;

en contraste

las arañas eran blancas


lo miré y volví a mirar

esperaba

no sentirlo tan cerca

no perder la visión

en lo negro


me acerqué con la tijera

corté un aloe jugoso

que derramó

su petróleo brillante

un olor inmenso a santos


lamí despacio

una gota de mi dedo

y de mi lengua

se escaparon pájaros


ya estoy en otro lado


prendo un fósforo

podré todavía balbucear un lenguaje




(de "Catacumbas")



CAMINO DE BRUMA



No pertenezco a nada,

dejo a mis ropas flojas

tomar la forma del viento.


Hago trenzas de hilo,

las ahogo en botellas,

corro hacia el mar y las suelto

a un fondo desconocido.


Los barcos,

al final del horizonte,

pasan como dibujos grises

envueltos en vapor, lentos

por una lámina de plata

donde se gesta la ceguera de lo que sobra.




SEMILLAS



Quiero entender el camino que se hunde.

Brindo por el fin de las cosas

como un animal abierto a la lluvia.


Me niego

a volver a empezar

sobre semillas huecas.

Es que traigo la infancia

como una miniatura imperturbable:

el crecer eterno de un bosque

en la oscuridad que nadie ve.





REZO



Invoca la pureza antigua.

Acepta que no puedes permanecer.


No te arranques

de tu yo, de tu último rezo.


Mira a tu planeta suelto en el oleaje, mira

la piedra del mundo envuelta en la desmemoria.

Junta a los santos, pídeles 

que pronuncien los nombres sobre las cunas.


Haz de tus ojos alguaciles de oro, observa

las palabras

hasta pulverizar la verdad.


Para entrar en la fe

debes ser un retazo cosido en movimiento,

un lunar

en un desierto de carne fría.


Deja que los frutos crezcan a las misma hora.

Primero serán detalles, luego caerán todos juntos:

se abrirán, como limbos, sobre los azulejos.





FANTASÍA



Cuando extirpen mi árbol

saldrán insectos a borbotones,

quedará una capa de larvas blancas

como crías de ángel a la intemperie.



(de "Los hijos imperfectos")



Luciana Jazmín Coronado (Buenos Aires, Argentina, 1991).

Fuente: "Catacumbas", I Premio Hispanoamericano de Poesía San Salvador, Luciana Jazmín Coronado, Valparaíso Ediciones, 2016.

              "Los hijos imperfectos", Luciana Jazmín Coronado, Modesto Rimba, 2023.